jueves, 30 de enero de 2014

CIVET DE CALAMAR


Hoy me he levantado con la punta de la nariz helada. Como cuando me desperté en la playa, frente a un Océano encabritado. Con un viento que recorría el mundo contando una noche de furia. De terror infinito.
Lo recuerdo, Así pasen veinte años.
Fue un anochecer de verano. En el cabo de Finisterre, no recuerdo si el francés o el gallego, aunque no era en el Mar de los Sargazos.  Cuando tomábamos unos tentempiés en la cubierta del Nautilus. Unos bocaditos de nada antes de  bajar a cenar. Fue cuando un oleaje estupido y temible se enarcö sobre nosotros. Unos tentáculos hercúleos vinieron a tocar a Nemo en el pecho. Y este, Nemo, no el pecho, me indicó, hastiado que le atase al màstil. 
-Es una vieja historia. Pero bueno.
Lo acabe de atar, y de darle un hacha para cada mano, cuando el enorme....era un calamar gigante, nada de pulpo como luego contó, de oídas ese Verne, tan buen muchacho, pero también un poco fantasioso. Pse.
Y hay que se lió. Se empezaron a pegar, sin ninguna deportividad, tales golpes, que parecían tenerse manía. Inquina. Y la oscuridad de la noche, sin luna no hacia mas que restallar de los latigazos de chispas que se interac... vamos que se las daban dobladas. Un par de veces o tres hubo que darles unas copichuelas de ron blanco, pero solo para sanar es espíritu herido que se les volaba como un ànade gordezuelo. 
Resumiendo, que mala uva se tenían. Si hubiesen tenido pelo se lo arrancaban. Y en un golpe certero, el Nemo que le arrancô un tentáculo.
Bueno. La que se lió. Que si te has pasado. Pues anda que tú. Que que mal carácter. Pueste quefan 7. Que me.. Que mala boca tienen estos del mar cuando discuten. Chillaban más que los cormoranes ante un banco se arenques. Parecían querer despertar un rebaño de ostras.
Así que mientras, cogí el tentáculo calamaresco y me bajé a la cocina de la sentina de popa. Tanto ajetreo me había dado hambre. Lo troceé. Al igual que la cebolla y el puerro. Los puse en un bol, y los cubrí de buen tintorro. Le añadí las especias, una pizca de sal, y me fui a ver terminar la discusión. 
Ni la cuento. Se habían terminado un par de botellas de ron, sin invitar. Que mal quedas. Y lloraban, agarrados como marsopas, las pérdidas de tantos amores.
Al día siguiente, puse un poco de aceite en una olla. El ajo picado, finico como solo lo sabe hacer un kraken. Le añadí las verduras del bol. Y a fuego medio. Cuando cambiaron de color, a los 5 o 10 minutos, le agregue el resto del bol. Y a cocer a fuego medio unos 45 minutos. Que quede meloso. Toque de sal. Et voila.
Es un plato que me arroba de melancolîa...por el mar por supuesto.

Ingredientes:
1kilo de calamar
200gr de cebolla
2 dientes de ajo
200gr de puerro
8 granos de pimienta negra
1 clavo de olor
1/2 ltr de vino tinto joven
Dos cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta

MIGUEL LÓPEZ CASTANIER
CHEF DEL RESTAURANTE EL CHISCÓN

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